jueves, 28 de mayo de 2009

CULTURA TAIRONA



En la Sierra Nevada de Santa Marta. en la zona comprendida entre los 6.000 mts. de altura, descendiendo hasta el nivel del mar, habitó la nación Tairona.
Una compleja organización sociopolítica, y un avanzado conocimiento de la ingeniería y la arquitectura se refleja en los restos de grandes obras líticas, plantas de habitación, caminos, muros de contención, escaleras y puentes.
En la zona Tairona aparecen tres tipos de cerámica: la cerámica roja, trabajada con técnica de espiral, de forma globular, subglobular y cilíndrica, decoración de caras humanas y representaciones biomorfas.
La cerámica negra con desgrasante de arena fina y mica, recubierta con un engobe rico en hierro. Característicos de este grupo son vasijas globulares, vasos de cuello alto, jarras con asa central y vertedera, alcarrazas, platos, recipientes tetrápodes y ocarinas antropomorfas y zoomorfas.
La cerámica crema decorada con finas líneas incisas formando rejillas; aparecen copas de pata alta, recipientes tetrápodes, vasos cilíndricos, jarras con vertedera y asa central.
Son frecuentes los rodillos y pintaderas que reproducen improntas de aspecto mítico, con diseños geométricos posiblemente aplicados a un industria textil.





Para los antiguos indígenas Prehispánicos, las piezas de oro tenían dos significados: Por una parte, indicaban la pertenecía a un clan y servían de símbolo para mostrar la relación con alguna especie animal. Tanto el oro como lo representado con él, eran concentraciones de energía superhumana.
Por otra parte, eran los vehículos de intermediación entre los seres humanos y las divinidades, razón por la cual exponían al sol las piezas ceremoniales de oro, de tal forma que entregaban sus ofrendas individuales o colectivas a un sacerdote, quien las depositaba en lagunas o otros lugares sagrados, generalmente cerca de grandes rocas que simbolizaban el espíritu de sus antepasados convertidos en piedra desde el advenimiento del sol y la creación de la luz.
Las lagunas por su parte simbolizaban el útero de la tierra que, al recibir las ofrendas, son fertilizadas y los ríos que nacen allí, esparcían su fertilidad a los sembrados. De allí se generó la leyenda de ELDORADO, que fue descrita así, por Juan Rodríguez Freyle:
"En aquella laguna de guatavita hacían una gran balsa de juncos, adornada lo más vistoso que podían. Desnudaban al cacique y lo untaban y rociaban todo con oro en polvo, de tal manera que iba todo cubierto de este metal; metianlo en la balsa, parado y a los pies le ponían un gran montón de oro y esmeraldas para que ofreciese a su dios.



Museo del Oro Tairona

Descripción

El noroccidente de la Sierra Nevada de Santa Marta fue habitado por grupos de orfebres, artesanos y constructores durante los períodos Nahuange y Tairona. Una tumba excavada en la bahía de Nahuange en 1922 permitió identificar la orfebrería de este nombre, caracterizada por el martillado de narigueras y pectorales en aleaciones de cobre y oro. Desde 200 dC. la gente del período Nahuange vivía de la pesca y la agricultura en aldeas cerca del mar.En el período Tairona, de 900 dC. a 1600 dC., se colonizaron además las montañas y se construyeron ciudades sobre cimientos de piedra conectadas por caminos. En 1514, el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo escribía que los indígenas de Santa Marta "tenían joyas de oro, penachos de pluma y mantas con muchas pinturas, y en ellas muchas piedras cornalinas, esmeraldas y casidonias y jaspes y otras". Máscaras, además de adornos, servían para transformarse en hombre-murciélago, el motivo más emblemático del período Tairona. El ave en vuelo fue un símbolo del poder compartido con otros grupos de lenguas chibchas.

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